A horas de renunciar como ministra de Economía, Silvina Batakis viajó en un vuelo relámpago a Santa Cruz para firmar un contrato con la gobernadora Alicia Kirchner y así destrabar la demorada construcción de dos centrales hidroeléctricas, denominadas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic.

La obra demandará un costo de 5.000 millones de dólares que será financiado por tres bancos de China, lo que representa una gran deuda para el país con fuerte impacto en las escasas reservas del Banco Central a pocas horas del lanzamiento de un nuevo plan económico para obtener divisas.

Según consignó Infobae, la ahora extitular del Palacio de Hacienda fue hasta Río Gallegos por instrucción del presidente Alberto Fernández, que en su viaje oficial a Beijing prometió al líder comunista Xi Jinping que haría lo necesario para construir las dos centrales hidroeléctricas.

Este avance complicará las gestiones del «superministro» Sergio Massa con el FMI y el Club de Paris, ya que el propio presidente de EEUU, Joseph Biden considera a China como su principal enemigo y articula una estrategia global para frenar la expansión mundial que Xi ejecuta.

Una situación similar se da con países del G7 como Alemania Francia y Reino Unido que comparten la preocupación geopolítica de Washington y Japón, que también considera a China como una amenaza para su seguridad territorial.

A la misma hora que Batakis sonreía junto a la gobernadora Kirchner, la tensión entre Estados Unidos y China alcanzaba niveles inéditos por la decisión de Nancy Pelosi -titular de la Cámara de Representantes- de visitar Taiwan, una nación que tiene un fuerte enfrentamiento histórico por su soberanía con Beijing.